Los lunares, manchas de piel, epiteliomas, son cúmulos de células de piel muy pigmentadas sobre la superficie cutánea. Aunque en su gran mayoría no presentan ningún peligro, algunos lunares grandes presentes desde el nacimiento, o aquellos que muestran distintos tintes y bordes poco definidos, pueden transformarse en sospechosos debiendo ser resecados mediante técnicas quirúrgicas mínimas.
Las lesiones de piel cuando se analizan resultan en diferentes clasificaciones: benignas tales como verrugas, lunares, quistes sebáceos, lipomas; y no benignas, como el carcinoma epidermoide, basocelular, espinocelular y melanoma. Ambos cuadros son tratables en su totalidad y de buen pronóstico si se diagnostican a tiempo, pero al igual que en cualquier especialidad médica o estética, lo más importante es el control y tratamiento adecuado del paciente, en relación con las características particulares de su lesión en la piel.